El entorno de Sanpol
El puente de la Reina
Al cruzar el Rio Manzanares para llegar al Teatro Sanpol lo hacemos a través del Puente de la Reina Victoria, una construcción de principios del siglo XX. Conecta la calle de Aniceto Marinas con la ribera del Manzanares salvando el río. Uniendo la zona de San Antonio de la Florida (donde se encuentra la ermita del mismo nombre y su réplica) con el popularmente conocido como Barrio de la Bombilla (Colonia San Antonio de La Florida y Colonia del Manzanares). El puenta es obra del ingeniero José Eugenio Ribera Dutaste y del arquitecto Julio Martínez-Zapata Rodríguez y fue construido entre 1908 y 1909 según proyecto de 1907. La parte central está formada por dos bóvedas paralelas de hormigón armado, que permiten el tráfico rodado. Posee una discreta decoración de tipo modernista y fue inaugurado el 13 de junio de 1909, coincidiendo con la festividad de San Antonio de Paula, a quien está
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La Hermita de San Antonio
A 200 metros del Teatro Sanpol, cruzando el puente de la Reina está la Ermita. En la cúpula de esta ermita pintó Goya (1798) el Milagro de San Antonio de Padua, una de sus obras más importantes, muy original y cargada de fuerza expresiva. Es un edificio del XVIII, de estilo neoclásico, sobrio y elegante, donde está la tumba del genial pintor aragonés. Para preservar las pinturas, en 1928 se construyó una ermita identíca al lado, donde se celebran las misas.
La ermita sorprende por el grandioso conjunto pictórico que Goya pintó. En esta obra maestra del arte español, el artista aragonés siempre tuvo presente que estaba decorando uno de los templos más populares de Madrid, famoso por su romería del 13 de junio. La ermita original, dedicada a San Antonio de Padua, fue construida frente a la fuente del Abanico por orden de Carlos IV. Obra de Francisco de Fontana
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El Parque de la Bombilla y la Rosaleda
Este parque se encuentra en la zona del Puente de los Franceses, entre la vía del ferrocarril y la casa de Campo. Cuenta con más de 100.000 m² para disfrute de los madrileños. Dispone de una fuente, un estanque así como de un recinto para celebrar actos públicos. En verano se programan sesiones de cine al aire libre. Se puede considerar como una prolongación del Parque del Oeste con el que está comunicado mediante una pasarela. Cruzando la vía del Ferrocarril por la pasarela llegamos al pequeño cementerio situado en el Parque de la Tinaja junto a la Escuela Nacional de Cerámica y vecino a la Estación del Príncipe Pío, donde están enterrados, en una fosa común, algunos de los madrileños que fueron fusilados por los franceses en la madrugada del 3 de mayo de 1808, muy cerca de este lugar, entonces conocido como Montaña del Príncipe Pío. Sepultura modesta, adornada por un monumento conmemorativo, tres lápidas. Se accede por un pequeño camino al que no le faltan sus cipreses y adornado con un mosaico que reproduce los fusilamientos de Goya, obra del ceramista Sánchez Ríos.
La casa de Campo
La Casa de Campo de Madrid está considerada como el principal pulmón verde de la ciudad por su extensión, alrededor de 1.800 hectáreas y su cercanía a la capital. El parque fue creado a mediados del siglo XVI por Felipe II como coto de caza. En el año 1931 pasó a ser público y hoy en día es uno de los lugares naturales más frecuentados por los madrileños para el descanso y entretenimiento. La Casa de Campo conserva muchas de sus características de monte bajo, con especies arbóreas y vegetales como pinos, álamos, chopos, encinas, castaños, plátanos, fresnos o sauces. Cuenta además con grandes prados y diversas especies de plantas aromáticas. La Casa de Campo es uno de los lugares más emblemáticos de Madrid. Felipe II decidió crear un corredor que uniría el Palacio con el coto de caza de El Pardo. Desde Bruselas, en 1553, ordena que se adquiera la Casa de Campo de los Vargas
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Sidreria Casa Mingo
Si después de la función del Teatro Sanpol os entra el apetito, apenas cruzamos el rio en dirección a Príncipe Pío nos encontramos con la sidrería «Casa Mingo». En su magnífico local, decorado al estilo tradicional y castizo, tanto el turista novato como el asiduo curtido, podrá disfrutar de la buena mesa. Elaborada como antaño, al modo tradicional y de manera artesanal, la sidra que ofrece posee la textura y sabor que sólo un tratamiento artesano puede otorgarle. Por algo esta antigua sidrería de Madrid se ha granjeado la tremenda fama internacional de la que disfruta, atrayendo a mucha gente desde distintos lugares del mundo. Cuenta con una decoración a base de vigas de madera. Es muy conocida en la ciudad por servir especialidades asturianas (chorizo a la sidra, lacón y empanadas). Y de postre la riquísima Tarta de Santiago Suele estar muy concurrido por las tardes de jóvenes con ganas pasárselo bien. Sin embargo, la atracción principal son los pollos asados que se sirven en grandes cantidades.
Puerta de San Vicente
El origen de la Puerta de San Vicente se remonta a 1726, cuando el marqués de Vadillo encargó a Pedro de Ribera la construcción de una puerta monumental que sustituyera a una anterior –denominada del parque- y que por aquel entonces estaba derruida. La nueva puerta, compuesta por tres arcos, adoptó el nombre de San Vicente por estar adornada con la estatua de dicho santo. En 1770 fue derribada con motivo de las obras de remodelación de la Cuesta de San Vicente y de los nuevos accesos occidentales del palacio real. Poco tiempo después, Carlos III encargó a Francisco Sabatini la construcción de una nueva, cuyas obras terminarían en 1775. La nueva puerta se situó un poco más abajo que la anterior y se componía de un arco y dos postigos. El arco, adornado con dos columnas dóricas por la parte de fuera y dos pilastras mismo orden hacia el interior, estaba coronado por un frontispicio
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Centro Comercial Príncipe Pio
La Estación del Norte construida por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España como estación final de la línea Madrid-Irún. Consta de tres elementos singulares: el Antiguo Edificio del Paseo de la Florida, con sus elegantes arcadas, que repiten el modelo de edificios neoclásicos adaptados a la tipografía ferroviaria; la Gran Marquesina de hierro y vidrio, que adopta una solución similar a la de la “Galería de las Máquinas” de la Exposición Universal de Paris de 1878 y el Edificio de Cabecera, en el que se mezclan elementos clasicistas y art-decó, representando la imagen más urbana de la estación, con sus torreones rematados en cúpulas. Los tres forman actualmente un conjunto monumental de fuerte arraigo en el paisaje urbano del entorno, situado a los pies de los jardines del Campo del Moro.
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Jardines del Campo del Moro
Estos Jardines deben su nombre a que este lugar era usado por los musulmanes para acampar las tropas que sitiaban la ciudad en la edad media. Las primeras obras para acondicionarlos se deben a Felipe IV de España quien transformó el lugar construyendo fuentes y plantando diferente tipo de vegetación pero aún así estaba bastante descuidado. Durante la reconstrucción del palacio real en el siglo XVIII se realizaron diversos proyectos de ajardinamiento basados en los jardines del Palacio de la Granja pero no se llegó a realizar nada por la falta de fondos. No fue hasta el reinado de Isabel II de España en la que se comienza el ajardinamiento del Campo del Moro. En esta época se diseña un gran parque y se instalan fuentes traídas desde el palacio de Aranjuez, desgraciadamente con la caída de Isabel II hubo un periodo de abandono y descuido en el que se perdió una parte del diseño del jardín que era de tipo romántico. En la Regencia de María Cristina se diseño siguiendo el trazado de los parques ingleses del siglo XIX.
Jardines de Sabattini
Situados en la parte norte, entre el Palacio Real, la calle de Bailén y la cuesta de San Vicente. De diseño francés, son unos jardines de carácter monumental, creados en los años 1930. Y se llaman de Sabatini porque están en el lugar destinado en su momento a las caballerizas construidas por Sabatini para el Palacio Real. Estos jardines están adornados con un estanque y a su alrededor algunas de las estatuas de los reyes españoles que en un principio estaban destinadas a coronar el Palacio Real, pero que no se ubicaron en su emplazamiento original porque el peso resultaba excesivo para la estructura del Palacio. En su interior, combinando con los jardines también hay fuentes, situadas geométricamente, entre sus paseos. Los jardines están rodeados por una verja. El horario es de 9 a 20 horas.
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Palacio Real
Su origen se remonta al siglo IX en el que el emir cordobés Muhammad I construyó una edificación defensiva. Tras su conquista por Alfonso VI dos siglos después, el primitivo castillo musulmán se transforma en un alcázar que es ampliado sucesivamente a lo largo de los siglos por la corona hasta convertirse en sede de la corte con Felipe II de España. El Antiguo Alcázar sucumbió a un incendio en la Nochebuena de 1734 que duró 3 días (comenzó el díaa 24 hasta el 27). Felipe V quién deseó que se construyese en este mismo lugar el palacio, simbolizando la continuidad de la Monarquía Española con la Casa de Borbón. Para sustituir el incendiado Alcázar se pensó en el arquitecto italiano Filippo Juvara, pero el fallecimiento de éste en 1736 determinó que el proyecto fuera adjudicado a Juan Bautista Sachetti, discípulo del anterior.
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Plaza de España
Cuando en 1561, Felipe II trasladó la Corte desde Toledo a Madrid, la zona de la actual plaza de España estaba en gran parte poblada de huertas que se regaban con el arryo de Leganitos, que nacía en la vecina fuente de Leganitos. En el plano de Texeira de 1656, aparece dentro de la cerca construida por Felipe lV. Carlos III compró para los frailes del antiguo convento de San Gil, situados entonces al lado del Palacio Real, un área para construir el convento de Gilitos, al que deberían trasladarse. La obra se realizó según planos del arquitecto Manuel Martín Rodríguez, pero nunca llegó a ser habitado por los monjes. En su lugar, José Bonaparte instaló allí el cuartel de San Gil, en principio, de guardias de Corps, al que se le añadirían más adelante caballerizas, pasando a ser cuartel de caballería y más tarde de artillería.
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Templo de Debod
El Templo de Debod es un templo del antiguo Egipto localizado actualmente en Madrid (España). Está situado al oeste de la Plaza de España, junto al Paseo del Pintor Rosales (Parque del Oeste), en un alto donde se encontraba el Cuartel de La Montaña (en el que se produjo un sangriento episodio de la Guerra Civil Española). Al ser trasladado a España, se situó de manera que conservase aproximadamente la misma orientación que en su lugar de origen, de este a oeste. El Templo de Debod fue un regalo de Egipto a España (año 1968), en compensación por la ayuda española, tras el llamamiento internacional realizado por la UNESCO para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a distintas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos
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Teleférico
Hay una forma diferente de conocer Madrid: desde el aire, y no nos referimos a los programas de televisión donde se graba la ciudad desde una helicóptero, sino de un pequeño viaje por el teleférico que conecta el Parque del Oeste desde Pintor Rosales a la Casa de Campo. Son dos kilómetros y medio en que podemos tener esa sensación de volar que tan inherente es al deseo humano. Pero no crean que uno tiene que hacinarse en un espacio pequeño para poder tener una pequeña mirada de lo que Madrid nos ofrece en una de sus áreas verdes más grandes y hermosas dentro de la ciudad. Por el contrario, el teleférico tiene 80 cabinas desde las que se pueden admirar la Rosaleda, la estación de tren de Príncipe Pío, la ermita de San Antonio de la Florida, El Teatro Sanpol, el Ministerio del Aire, el templo de Debod, la plaza de España, el Pirulí, la Almudena, el Palacio Real y sus jardines, el Lago y el Parque de Atracciones. Una vista panorámica irrepetible. Página web del Teleférico. Teléfono 91 4068810.
Madrid Rio
Madrid Río es un enorme enclave lúdico y cultural paralelo al río Manzanares, que, gracias a su renaturalización, vuelve a contar con una fauna sorprendente. Monumentos históricos e instalaciones de ocio y cultura al lado del cauce de un río que está recuperando su biodiversidad a pasos agigantados. Desde el punto de vista lúdico ofrece un marco extraordinario para pasar un buen rato en familia. Los niños se lo pasan en grande en las 17 áreas de juegos infantiles que podemos encontrar a lo largo del Salón de Pinos, todas ellas con columpios fabricados con materiales sostenibles y naturales como la madera y la cuerda de cáñamo, que forman telas de araña, hamacas, puentes colgantes o lianas para trepar. Cada zona tiene características diferentes según edades.